“Soy de derechas, pero no se puede recortar el
sueldo de los más débiles”
En tiempos de penuria, los
símbolos adquieren un carácter trascendental. Acostumbrados a los eufemismos a
los que los políticos recurren para no llamar a la realidad por su nombre, ayer
llegó un discurso rompedor desde ROBLEDO DE CHAVELA. Diferente. Crudo. A casi
70 kilómetros de la metrópolis. Un mensaje desde las tripas en el que se
reprodujeron palabras malditas como rescate —en vez de un “crédito en
condiciones favorables”— o recortes —en lugar de ajustes—. “Es indigno que se
toque el sueldo de los empleados públicos cuando luego se rescata a los
bancos... No se puede recortar el sueldo de los más débiles, de la parte más
frágil. Esa debería ser la última medida. Antes hay otras fórmulas, como que no
haya tantos cargos de confianza o que los diputados no cobren lo que cobran.
¡Es inmoral!”, expresó su alcalde, Mario de la Fuente.
Arropado por medio centenar de
trabajadores de correos, limpieza, policías y administrativos, De la Fuente
rompió los votos y quebrantó el discurso oficial del Partido Popular. Lo hizo
concentrándose con los empleados municipales durante media hora a las puertas
del Ayuntamiento. “Soy de derechas y leal a mi partido, y por eso digo lo que
digo. Estoy aquí a título personal, como un compañero más de los trabajadores
que hoy han salido a la calle. No quiero que los partidos políticos ni los
sindicatos lo utilicen a su favor. Es mi libertad, tengo principios y con esto
no daño a nadie... Pero ante lo que está pasando no se puede estar callado. Ya
está bien de ser políticamente correctos, y así lo expreso: Es una injusticia
que le quiten la paga de Navidad
a los funcionarios”, opina el alcalde del municipio desde 1995. En las últimas
elecciones, en mayo del año pasado, logró ocho concejales (1.187 votos) por los
dos del PSOE (323) y el que obtuvo el partido local APIR (261).
“Es un alcalde realista, con
los pies en la tierra, que sabe lo que pasa a pie de calle. Suprimir la paga
extra supone que no puedas pagar la hipoteca, ni la escuela ni nada...”, piensa
Ángeles Mejía, funcionaria municipal. “A un auxiliar que cobra 1.090 euros no
se le puede quitar la paga de Navidad, no tiene nombre”, interviene José María
Torronteras, “votante del Partido Popular de toda la vida”. “Si don Mario
necesita que le atice a alguien con la garrota, así lo haré. Estaba con él
antes y lo estoy ahora”, dice Teófilo, un viejecito con alma de niño que añade,
con la solemnidad de lo que parece una revelación: “Se vota a las personas, no
a las siglas”.
La sinceridad de De la Fuente,
verdades como puños, alcanza su apogeo cuando se centra “en la casta política”.
Aunque sea la de su partido. “¿Pero cómo nos van a ver bien los ciudadanos con
ejemplos como el de Andrea Fabra? El PP tendría que haberla expulsado al día
siguiente del ‘que se jodan’ famoso. Es una frase horrorosa, pero como es hija
de fulanito de tal [Carlos Fabra, expresidente del PP de Castellón]... Y desde
luego la excusa de que no iba dirigido a los parados sino a los socialistas no
es de recibo”.
Las posibles consecuencias por
saltarse el guion oficial no inquietan al regidor, que antes de centrarse en el
día a día de Robledo es panadero. De dos de la madrugada a nueve y media de la
mañana. “Me gusta amasar el pan, hacerlo me hace feliz, y si el partido me dice
algo es su problema. Yo puedo decir con mucho orgullo que cogí a Robledo con
una deuda de 50 millones de pesetas [300.000 euros] y ahora tiene un superávit
de esa cifra”, se encoge de hombros De la Fuente, que se despide entrando en su
tahona, La Espiga de Oro. “Soy de Robledo de Chavela. Solo quiero vivir y morir
aquí. Pero no lo haré tranquilo si no le dejamos un futuro digno a nuestros
hijos”. “El pan es como él, duro pero tierno”, apunta una lugareña.
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